viernes, 16 de mayo de 2008

EL RELIEVE II




La zona fronteriza entre portugal y Galicia conforma un espacio montañoso formado por sierras agrestes con cumbres en forma de picos graníticos. Fuertes movimientos tectónicos y diversas intrusiones plutónicas acompañaron aquel período en un momento tardío del mismo se abren fallas y fracturas de importancia que son aprovechados por los cauces fluviales para discurrir en línea recta.

Una de estas fracturas dio lugar al valle de Riocaldo, que a través del paso fronterizo de Portela de Home comunica los lugares de Riocaldo en Galicia y Caldas do Gerês en Portugal,ambas localidades con balnearios de aguas termales de más de 60 grados de temperatura y con propiedades minero- medicinales aprovechadas ya antaño por los romanos. Esta falla tectónica alcanza los 25 Kms de longitud y 2.000 m de profundidad.

Durante la última glaciación cuaternaria el hielo fue el artífice de circos y morrenas, visibles en las zonas altas. Así mismo, las lenguas glaciares fueron las causantes del transporte de sedimentos, en muchos casos grandes bolos graníticos, desplazados grandes distancias y que al desaparecer el hielo acabaron cabalgando unos sobre otros, en posiciones circenses, recibiendo el nombre del “Piedras Caballeras”, auténtico espectáculo visual por el equilibrio logrado.

Unidades paleogeográficas del Macizo Hespérico (Lotze, 1945):
I: Zona CantábricaII: Zona asturoccidental leonesaIII: Zona centro IbéricaIV: Zona de Ossa-MorenaV: Zona sur portuguesa


Sierras del Xurés, Pisco, Santa Eufemia y Quinxo, con alturas máximas de 1.559 m (Pico de Fontefría) forman una figura en forma de cuña que es cortada en dos mitades por el río Limia que en su recorrido en busca del gran océano en tierras portuguesas descansa en los embalses de As Conchas y Lindoso.

El desnivel formado por las altitudes montañosas y las cotas inferiores del valle (260 m sobre el nivel del mar) en un espacio relativamente reducido es la causa de las grandes pendientes que aprovechan los afluentes del Limia –arroyos, corgas y regatos- que descienden bruscamente, con gran fuerza erosiva. Encajados en la roca granítica, dan lugar a un relieve típico “espina de pescado”.

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